El Instituto Español de Oceanografía fue
creado por Real Decreto de 17 de abril de 1914, es un organismo público de
investigación (OPI) dedicado a la investigación en ciencias del mar,
especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos,
la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El IEO
depende del Ministerio de Economía y Competitividad, a través de la Secretaría
de Estado de Investigación.
El IEO no se limita a realizar investigación básica y
aplicada, también asesora científica y tecnológicamente a las administraciones
en asuntos relacionados con la oceanografía y las ciencias del mar. De hecho,
según la Ley de Pesca Marítima de 2001, el IEO es el organismo investigador y
asesor para la política sectorial pesquera del Gobierno. Además, es el
representante científico y tecnológico de España en la mayoría de los foros y
organismos internacionales relacionados con el mar y sus recursos.
El IEO es un organismo autónomo, con personalidad
jurídica y patrimonio propios, que cuenta con una plantilla aproximada de 700
personas –de la que el 80% es personal investigador y de apoyo a la
investigación–. El presupuesto del IEO supera los 65 millones de euros.
El IEO tiene una amplia cobertura geográfica e
importantes instalaciones. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros:
Santander, Gijón, A Coruña, Vigo, Cádiz, Canarias, Málaga, Murcia y Palma de
Mallorca. Además, tiene varias unidades mixtas en asociación con universidades,
como la de Gandía, con la Universidad Politécnica de Valencia; la de Alicante,
la de Cantabria y las todavía en gestación con las universidades canarias.
Igualmente, el IEO forma parte de todos los campus de excelencia internacional
con orientación marino marítima, en concreto, el Campus do Mar, el CEIMAR, el
Campus Tricontinental y el Campus Mare Nostrum.
La flota oceanográfica del IEO está formada por
cuatro buques importantes y numerosas embarcaciones menores. Además del
veterano Cornide de Saavedra, de 66.7
metros de eslora, que terminará sus más de 40 años de vida útil en breve y se
espera convertir en museo, cabe destacar el Ramón
Margalef y el Ángeles Alvariño,
ambos de 46.7 m de eslora y botados en 2011 y 2012 respectivamente, así como el
recién modernizado Francisco de Paula
Navarro. También cabe mencionar, el submarino no tripulado o Vehículo de
Observación Remota (ROV) Liropus 2000.
Se trata de una flota multidisciplinar, potente y competitiva,
dotada de un equipamiento científico completo, moderno e innovador, que permite
desarrollar una investigación científica rigurosa y exigente, dando además
respuesta a los requerimientos de asesoramiento al Estado y las demandas de la
sociedad en relación con el medio marino.
Además, el IEO cuenta, entre
otras instalaciones y equipamientos relevantes, con cinco plantas de
experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas y una estación
receptora de imágenes de satélites.
El Instituto Español de Oceanografía realiza trabajos
de investigación básica y aplicada en oceanografía y ciencias del mar, así como
otros servicios para el desarrollo científico-tecnológico y el mantenimiento de
las actividades industriales, sociales y empresariales, con el objetivo de
incrementar el conocimiento científico de los océanos y que se haga un uso
sostenible de éstos.
Un poco
de historia
El origen científico del IEO se remonta a
finales del siglo XIX, con el convencimiento de varios naturalistas civiles y
militares de la necesidad de estudiar la biología marina de nuestras costas,
siguiendo el modelo original de la internacionalizada Estación Zoológica de
Nápoles. En aquel grupo de naturalistas destacaron Augusto González de Linares
y José Rioja, que fueron los primeros directores de la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimental de Santander,
fundada en 1886 (pasaría a
depender científicamente del Museo Nacional de Ciencias Naturales en 1901, bajo
la dirección de Ignacio Bolívar). Sin embargo, los estudios netamente
oceanográficos fueron liderados por el catedrático universitario Odón de Buen
en los laboratorios costeros de Mallorca y Málaga (creados respectivamente en
1906 y 1911), siguiendo las directrices científicas estandarizadas por el
Instituto-Museo Oceanográfico de Mónaco, dónde sus hijos Rafael y Fernando
fueron los primeros jóvenes españoles que se especializaron en los diferentes
campos de la naciente oceanografía (aspectos físicos, químicos y biológicos).
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) es pionero en España y
uno de los primeros organismos del mundo que comenzó a dedicarse íntegramente a
la investigación del mar y sus recursos. Fue creado por el ya nombrado Odón de
Buen en 1914 (Real Decreto de 17 de abril), como resultado de la integración en
un mismo organismo de los citados Laboratorios de Biología Marina de Santander,
Mallorca y Málaga. Posteriormente se crearía la sede central del IEO en Madrid
(calle Fomento nº 7) y se integrarían en el organigrama los laboratorios de
nueva creación previstos en su decreto fundacional: Vigo (1917) y Canarias (Las
Palmas, 1927).
En aquel decreto fundacional se definían claramente sus funciones:
"tendrá por objeto el estudio de las condiciones físicas, químicas y
biológicas de los mares que bañan nuestro territorio con sus aplicaciones a los
problemas de la pesca", con lo que ya se señalaba el carácter de servicio
público del organismo como uno de sus pilares.
El Instituto pertenece desde 2012 al Ministerio de Economía y
Competitividad, aunque a lo largo de su siglo de existencia ha dependido de muy
diferentes ministerios, siguiendo los distintos cambios administrativos de la
política nacional en materia de ordenación pesquera y de investigación
científica.
En 1929, dentro de la estructura del Ministerio de Fomento, se
aprobó el Reglamento del Organismo, que concretaba algunas de las funciones del
IEO. En su artículo 2º indicaba que "tendrá por primordial finalidad la de
estudiar las condiciones físicas, químicas, dinámicas y biológicas de las aguas
del mar, informando respecto de estos problemas a los Organismos del Estado y
realizando especialmente aquellos trabajos, investigaciones y experiencias que
por encargo del Ministerio de Fomento o por iniciativa del director del
Instituto, tiendan a la mejor explotación de la riqueza del mar".
La guerra civil supuso una interrupción del trabajo científico del
IEO, como sucedió con la gran mayoría de las instituciones españolas. Una vez
acabada la contienda, durante los decenios de los 40 y 50, el Instituto
desarrolló, con los pocos medios de que disponía, una investigación encomiable
que dio lugar a numerosas publicaciones. Además, se mantuvo la presencia activa
de España en los organismos internacionales de investigación y coordinación oceanográfica,
tales como el Consejo Internacional para la Exploración del Mar, la Comisión
Internacional para la Exploración Científica del Mediterráneo, la Comisión
Oceanográfica Intergubernamental y el Consejo General de Pesca del
Mediterráneo.
El III Plan de Desarrollo, llevado a cabo a finales de la década
de los 60 e inicios de la de los 70, proporcionó al IEO un aumento
presupuestario considerable, que se tradujo en una mejora y ampliación de
equipos e instalaciones, que por aquellas fechas eran reducidos, anticuados y,
en algunos casos, deficientes. Asimismo, supuso un aumento de su plantilla.
En el año 1980 el Instituto pasó a depender del Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación, como asesor de la administración pesquera.
Este cambio originó una reorientación en sus objetivos y su acomodación a las exigencias
de su nuevo papel de asesor directo.
Un hito importante en la historia del IEO se produjo en 1986,
cuando el Instituto quedó integrado en el grupo de Organismos Públicos de
Investigación (OPI). Entre las funciones que deben realizar este tipo de organismos
se encuentran la gestión y ejecución de los Programas Nacionales y Sectoriales
asignados en el Plan Nacional de
Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica, así como contribuir a la definición de objetivos de dicho Plan
Nacional, colaborar en tareas de evaluación y seguimiento, y asesorar en
materia de investigación científica e innovación técnica a la Administración
del Estado.
Para poder cumplir sus nuevos cometidos, ese mismo año se produjo
una ampliación de la plantilla y se elaboró un programa marco de investigación
marina. En éste se determinaron los objetivos generales del Instituto,
sostenidos en tres importantes pilares: estudio de los recursos pesqueros,
desarrollo de la acuicultura y estudio de las condiciones oceanográficas del
medio ambiente marino.
En 1997 se modernizó el antiguo Reglamento de 1929 y se definió de
nuevo la naturaleza y régimen jurídico, las funciones, los órganos rectores y
la estructura orgánica básica del IEO. Tres años después, en el año 2000, el
IEO estrenaba milenio pasando a depender del Ministerio de Ciencia y
Tecnología. El mismo año se aprobó el Estatuto del Instituto, que continúa
vigente en la actualidad.
En abril de 2004 el IEO se adscribe a la
Secretaría de Estado de Universidades e Investigación del Ministerio de
Educación y Ciencia. Finalmente, en 2008 pasa a depender del Ministerio de
Ciencia e Innovación. Desde el comienzo de la actual legislatura depende del Ministerio de Economía y
Competitividad, a través de la Secretaría de Estado de Investigación.
Ciencia de alto nivel
Los avances científicos que ha
logrado el IEO en cien años son innumerables y abarcan todas las disciplinas de
la investigación marina. Se han desarrollado centenares de campañas
oceanográficas, algunas de ellas repetidas sistemáticamente en los mismos
lugares varias veces al año, lo que ha permitido estudiar con gran fiabilidad
la variabilidad climática de los océanos y la distribución y abundancia de los
recursos vivos marinos. Otras han dado lugar al descubrimiento de nuevos
ecosistemas y especies, aumentando nuestros conocimientos sobre la
biodiversidad de los mares y permitiendo proponer la creación de nuevas áreas
marinas protegidas, tanto en aguas españolas como internacionales.
En acuicultura el IEO ha sido
protagonista de importantísimos avances, como lograr por primera vez a nivel
mundial cerrar el ciclo biológico de algunas especies de alto valor comercial,
como el bonito, o lograr las primeras puestas viables en cautividad de especies
tan amenazadas como el atún rojo. En materia de pesca, el IEO lleva desde su
fundación asesorando a las administraciones en aras de lograr una explotación
sostenible de las especies. Por un lado evaluando científicamente, cada vez con
más precisión, la abundancia de cada recurso y las cuotas máximas admisibles y,
por otra parte, investigando la eficiencia de las artes e innovando en nuevos
sistemas que ayuden a lograr su sostenibilidad.
También está siendo protagonista
en la implantación de las Estrategias Marinas de la UE para la preservación del
ecosistema marino en Europa, desarrollando un trabajo que permitió a la Comisión
Europea calificar a España como el país que mejor trabajo hizo en el
Mediterráneo y el segundo en el Atlántico. Al igual, ha sido protagonista en la
designación de las nuevas Áreas Marinas Protegidas que formarán parte de la Red
Natura 2000, gracias a su participación en el proyecto INDEMARES.
Además, el IEO siempre ha dado
respuesta inmediata a las grandes crisis medioambientales, como el hundimiento
del Prestige o la erupción submarina
de la isla de El Hierro, entre muchos otros.
En Tombooktu somos cada vez más conscientes de la Historia que esconden los mares. Hace poco publicamos una historia del "Crucero Reina Mercedes" y en pocos meses vendrán más títulos de divulgación de la Historia Naval.
Desde Tombooktu queremos desear al menos otros cien años de preservación e investigación de nuestros mares y océanos
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